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Artículo de Fondo.
Insistiendo sobre la Verdad
Dr. Juan Herrera Salazar. |
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Después de entrevistar al Padre Jorge Loring S.I , y contarle que pertenezco a un grupo que trabaja “ En Defensa de la Vida “ quede cargado de un vigor nuevo, sentí que me empujo con suavidad hacia Cristo tanto que pude sentír su aliento cerca de mi rostro.
Me sentí próximo a Jesús, prójimo . Así también sentí a mis
lejanos y a mis hermanos prójimos , a los que se, que debo amar.
Regresé alegre a casa y contagie a mi familia de ese vigor
nuevo , con esa buena noticia, la noticia del Evangelio que debemos
anunciar, que no siempre nos resulta fácil , más bien difícil de vivir,
cuando todavía, como en mi caso, se tiene una voluntad débil.
Esa buena noticia nos resulta incomoda en muchas ocasiones incluso escucharla . Es muy cierto sin embargo , que necesitamos escucharla.
Días después le escribí una nota agradeciéndole.
Voy a tocar el tema de la Verdad y de las medias verdades, que
sesudos científicos andan por allí diciendo. Sesudos científicos y
eticistas, que formulan sus verdades o mejor dicho las velan, con
teorías seudo- científicas o las disfrazan como modelos bioéticos
(pragmáticos - utilitaristas, subjetivos - emotivistas, liberal- radicales, o
de corte sociobiológico ) , que justifican el relativismo moral.
Esos sesudos no son científicos sino fabricantes de ideologías, para confundir a la gente y defender intereses propios o corporativos y hacer que la opinión pública piense : “ que todas las opiniones valen ”.
En la postmodernidad, muchos de nuestros contemporáneos limitan su horizonte de análisis. Sólo son capaces de verse a sí mismos, buscan en su interior los valores que deben ser respetados, y no los buscan en la realidad de las cosas (quid est res).
Si usamos la razón descubrimos que la realidad está en el mundo, razonando captamos la realidad de las cosas, la realidad de los entes, captamos la realidad de que la vida humana simplemente por el hecho de existir encarna un valor que merece ser respetado.
No podemos abandonarnos a la comodidad de no razonar, vamos a usar nuestras facultades, nuestra inteligencia: la razón no puede abdicar sólo porque el clima cultural actual nos hace ese llamado, al contrario vamos a usarla más que nunca para defender la vida, la razón nos va a ayudar a combatir la sin razón de la postmodernidad, la razón nos va a aclarar la verdad, nos va a permitir captar la “esencia necesaria” (quidditas), reconocer la substancia, la naturaleza de la persona humana (corpore et anima unus).
Sabemos que reconociendo la persona humana con la razón, la vamos a respetar por su valor, dignidad y trascendencia.
El relativismo hoy es el eje de la cultura postmoderna: Todo es igual , nadie tiene derecho a imponer su posición sobre los demás, cada quién tiene su verdad, la verdad está por igual en todas las religiones y filosofías y tildan de “intolerante” y de “dogmático” cualquier postura que defienda la capacidad natural del hombre para conformarse a la verdad objetiva y a Ley Moral Natural.
Tal uso ideológico hace que se vaya diluyendo o desapareciendo en tantas personas el sentido de la vida. El relativismo crea una cultura que no respeta los valores humanos y espirituales, que va en contra de la dignidad de la persona humana. Crea una cultura que pretende borrar la conciencia humana, la capacidad de hacer juicios morales sobre los propios actos, sobre los cambios culturales y las leyes del Estado.
Por eso quiero invitar a nuestros lectores a leer la Verdad del embrión, que deja plasmada el Padre Jorge Loring S.I. en su escrito “ Insistiendo sobre el aborto”, para que vayan a mostrar el Evangelio de la Vida , utilizando los medios plásticos, a nuestros contemporáneos, para que estos se rindan ante la evidencia: cuando vean una ecografía de un embrión que muestra los latidos de su corazón.
Invitémosle una y otra vez con medios audio-visuales, a rendirse ante ella.
Lo evidente no necesita demostración.
¡ No señores !, no tenemos que ser sesudos científicos , ni filosófos expertos en gnoseología o en filosofía del conocimiento, o como la quieran llamar, para conocer la verdad del embrión, lo que debemos es abrir nuestros corazones para compartir con alegría el banquete de la vida, el banquete que nos da el planeta y comprometernos a servir a cada mujer embarazada que lo necesite, expresando de manera individual, social y política nuestra capacidad solidaria y subsidiaria, para expresar de manera concreta nuestro amor por la vida.
Todo hombre de buena voluntad sabe que podemos lograr la plenitud de nuestra existencia, sólo si trabajamos para construir la “Civilización del Amor” y de manera libérrima cumplimos con el precepto: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.