Dr. Juan Herrera Salazar  
Director
Coordinador de Asociación de Médicos Católicos "Humanae Vitae de Nicaragua.
Miembro de la Subcomisión Arquidiocesana por la Vida de Nicaragua.
(Managua-Nicaragua)

“ La sexualidad penetra hasta lo más íntimo del espíritu, por eso toda la vida está influenciada por la sexualidad ”.
                                                                                        G. Marañón.

En este  número  dedicamos  al  tema  de  la  sexualidad humana   gran parte de nuestro esfuerzo.   Los  diferentes  trabajos publicados en este número   exploran su dimensión, verdad y significado.

Queremos  mostrar la  belleza de  la sexualidad, contrastarla con la  concepción de  la cultura dominante, en la que la sociedad  y  los mass-media ofrecen a menudo, una información despersonalizada, lúdica, frecuentemente  utilitarista, algunas  veces pesimista.

El  pesimismo   debe convertirse en optimismo, debe nacer  de un vigor  nuevo, de  una  voluntad  fundamentada  en  el  Principio del respeto  de la  persona humana por  su dignidad y trascendencia.  

La  educaciónn sexual  en la  sociedad postmoderna, se hace   sin  el respeto debido, no  se usan  los  instrumentos adecuados  de comunicación   para  las diversas etapas de la formación y evolución de los adolescentes y de los jóvenes.

Se maneja un   concepto postmoderno de  sexualidad,  bajo el influjo de un desviado concepto individualista de la libertad, se habla  de derecho, no  se habla  de correlativos  deberes , no  se  dedica  el tiempo  necesario  para educar a los  jóvenes   a manejar el  binomio  ( libertad - responsabilidad) en un contexto de  valores fundamentales sobre la familia , el amor  y  la vida. 

La  postmodernidad  introduce la  sexualidad en la  “ Civilización  de las  Cosas ”.  En las  escuelas  enseñan conceptos   sobre la sexualidad  humana, sin  formar la conciencia  de los jóvenes,  se termina deformando su conciencia.  Reciben   una serie de conocimientos  técnicos  enfocados  a sus   dinamismos  biológicos,  sin tener  en cuenta los dinamismos , afectivos y espirituales que  deben integrarse en  la  persona humana.                                          En eso  radica la belleza de la sexualidad  y  su expresión máxima radica   el amor de dos  personas,  hombre y mujer.

Como padres  acogimos  a nuestros hijos  en un clima de amor , poseemos por lo tanto el potencial educativo que ningún agente  o sistema  educativo  detenta.

Nosotros  conocemos de manera única a nuestros hijos , su  unicidad, irrepetible  singularidad, por lo que debemos  responsabilizarnos  y  prepararnos  para asumir  esta magna tarea.

Sin temor  me  atrevo a decir que las  familias tenemos una experiencia  más  clara que la  de las   escuelas y el  Estado,  para  dar una  adecuada   educacion  anuestros  hijos, en  temas cientificos, sobre valores , moralidady en especifico  sobre la belleza de la sexualidad, ya  que poseemos los  recursos  y secretos  del  amor  verdadero.

El  concepto  postmoderno  de “ Civilización de las  Cosas” , lo contrastaremos  con el  de  “   La  Civilización  del  Amor “ , que  debe  ser  enseñada en los hogares ,  en  primer lugar.